Dolce & Gabbana juegan a las cartas con ropa para los millennials

Por:

Godfrey Deeny

Publicado el
19 jun. 2017

Lo que antes era necesario para convertirse en modelo de pasarela era tener un look increíble y una caminata decente. Ahora, para caminar para Dolce & Gabbana, es más importante tener padres famosos y millones de seguidores en Instagram. 

Bienvenido a la era del influencer chic, donde el currículum ideal de un modelo es un papá que haya ganado un Oscar o, al menos, un Grammy. Como Tuki Brando, hijo del doble ganador del Oscar o Rafferty Law, hijo de Jude o, mejor aún, Tyler Clinton, sobrino del ex presidente estadounidense Bill.
 
Pierce Brosnan, Pamela Anderson, Snoop Dog, David Bailey, Puff Daddy, Shaquille O’Neal, Alain Delon y Cindy Crawford, todos tuvieron descendencia en este show. La casa, al menos en junio, no es exactamente un empleador con igualdad de oportunidades.

Mientras cada familiar aparecía, las fotografías y nombres de estos herederos se proyectaban en lo anto de la pasarela para asegurar que se supiera exactamente quieres eran.

Casi hacía que uno se olvidara de la ropa. Casi. Aunque resultó ser una gran colección llena de elegancia al estilo dandy, estuvo protagonizada por varios looks icónicos y reconocibles de Dolce & Gabbana. Desde los trajes de seda brillante, cortados quirúrgicamente en naranja amargo o ciruela, o los pijamas de seda con impresiones deslumbrantes de cartas de juego, hasta fabulosos impermeables y boxers de seda cubiertos con cartas reales. Muchos modelos usaron coronas y otros, en blanco y negro, imitaban al Jack de un solo ojo.

Todos en Italia están obsesionados con escribir en los sneakers, lo mismo les ocurre a Domenico y Stefano, que optan por dibujar un billet doux junto a corazones rojos. Muchos totes altamente comerciales, especialmente uno con un enorme #DG, siendo el hashtag el asa del bolso.  

Ha resultado ser un fin de semana muy ocupado para el dúo. En 24 horas, Dolce & Gabbana organizó dos espectáculos y dos fiestas, la primera para una selección de elegidos clientes ricos y privados de Sartoria y la segunda para sus futuros clientes, los millennials.